domingo, 14 de septiembre de 2008

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En el post anterior, apareció un comentario de Sergio:

"Queria compartirles un texto que refiere a los juegos, la vida y puede aplicarse oportunamente a la situacion actual de la facultad. El autor es Paul Watzlawick (Austria, 1921) miembro fundador del Mental Research Institute de Palo Alto, California, y corresponde a “El arte de amargarse la vida” publicado por Herder, Barcelona. A continuación un breve extracto.

La vida como juego (El arte de amargarse la vida). Un aforismo del psicólogo americano Alan Watts dice que la vida es un juego cuya primera regla es: esto no es ningún juego, esto es muy serio. Sin duda, Laing pensaba en algo parecido cuando escribía en sus Knots. «Juegan a un juego. En él juegan a no jugar ningún juego. Si les muestro que juegan, entonces falto a las reglas y me imponen un castigo por ello» (9, pág. 1). Se ha dicho repetidamente en este Arte de amargarse la vida, que uno de los presupuestos fundamentales de la desdicha eficaz consiste en que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. De este modo, uno puede jugar al juego de Watts o de Laing consigo mismo. No se trata de imaginaciones ociosas. Desde hace mucho tiempo, incluso una rama de las matemáticas superiores, la teoría del juego, se ocupa de estos problemas y de otros parecidos.
El texto completo está en: http://heuretes.blogspot.com/2008/06/52_11.html".

¿Qué hacemos cuando jugamos? ¿Qué significa jugar? ¿Cómo y cuánto nos involucramos en el juego? ¿Quién somos en el juego?

Niestzche refiere al juego que es vivir, al juego que es creación. Vivir en las reglas del juego, jugar a la vida.

Romper las reglas es parte del juego, pues jugar implica exactamente eso.
El juego no es serio, el homo ludens rompe la seriedad del homo sapiens. Si algo es serio, no es juego. Porque rompe, porque desarticula, porque pone de manifiesto.

¿Es realmente eso jugar? ¿Es eso el juego?

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